La esposa de El Chapo denuncia ante la CIDH “tortura psicológica” a su marido



Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, ha dado otra vuelta de tuerca a la estrategia de esgrimir el deterioro de su salud y la violación de sus derechos humanos en prisión para frenar su extradición a Estados Unidos.

Unos días después de denunciar públicamente, a través de su esposa, Emma Coronel, que teme por su vida y que no sabe si llegará vivo a diciembre, la ex miss y madre de dos de los hijos del líder del Cártel de Sinaloa se plantó en Washington a exponer los problemas de su marido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El Chapo “está enfermo de los nervios, de depresión”, aseguró Coronel a periodistas tras sus reuniones en la sede de la CIDH, a escasa distancia de la Casa Blanca. Según la joven de 27 años, que se definió como un “ama de casa”, su marido “está muy mal debido a todos los derechos que le están violando” en la cárcel de máxima seguridad en Ciudad Juárez donde el líder del Cártel de Sinaloa aguarda, y teme, su extradición, totalmente aislado y con las visitas restringidas, de acuerdo con la denuncia de su esposa.
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“Le están violando todos sus derechos humanos y eso está afectando que él reciba una defensa apropiada”, acotó la abogada Cynthia Castillo, que acompañó a la esposa del capo a Washington.

La CIDH ya tiene un grueso expediente personal sobre El Chapo. En mayo, sus abogados presentaron una petición de medidas cautelares por su “salud, vida e integridad personal”. Y a comienzos de junio, volvieron a personarse para realizar una petición para que la Comisión analice su caso por debido proceso, al considerar que no se están respetando sus garantías procesales. En esa ocasión también viajó Coronel hasta Washington, pero su visita a la CIDH transcurrió, al contrario que esta vez, de forma muy discreta. Este nuevo viaje de Coronel a la capital estadounidense fue adelantado desde México, lo que aseguró la presencia de las cámaras a su llegada a la Comisión.

Coronel negó enfáticamente que el caso que han presentado ante la CIDH —este jueves entregó nuevos informes médicos, de un psicólogo y de un psiquiatra, para ampliar la documentación del caso, dijo— sea un intento de frenar la extradición de su marido a Estados Unidos.

“Nada que ver con la extradición ni nada, todo es en base a su salud”, aseveró la esposa de El Chapo. Se trata, insistió, de que “paren la tortura psicológica que se le está haciendo, nada más”.

La joven, que tiene nacionalidad estadounidense, dijo que todavía no ha decidido qué hará si, pese a todos los intentos, su marido acaba extraditado a Estados Unidos, algo que, si no logran frenar sus abogados, podría suceder a comienzos del año que viene.

“No tengo idea porque no hemos hablado de esa situación, no he pensado en eso”, declaró. “Serían cosas que se van viendo con el tiempo, para mí no tienen urgencia ahorita, ni mucha importancia”.


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