Guasón: mucho más allá de la ficción

Al profundizar y cuestionar sobre las innovaciones que tocaron su tiempo, como el entonces milagro cinematográfico, el gran filósofo judeo-alemán Walter Benjamin se debatía en la posibilidad de que el cine, siendo una creación de distribución masiva, fuera capaz de poseer “el aura” viva en la unicidad y la originalidad de la obra de arte.

Hoy, a casi un siglo de estas reflexiones somos testigos de que las imágenes —obviamente— las redes sociales y el gran cine, son tan influyentes y proféticos como lo fue el arte antes en los tiempos de la emergencia de la “reproductividad técnica”.

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Tuve la oportunidad de vivir —no puedo decirlo de otra manera— la cinta Guasón (Joker) (Warner Brothers, 2019) un filme más de la saga de La liga de la justicia, nacida de la historieta de súper héroes y villanos Batman, que surgía en 1939 en la revista norteamericana Detective comics, para convertirse en un semanario autónomo en 1940, reinventarse y posicionarse, desde 1989, como un blockbuster del cine hollywodense sólo comparable al fenómeno de los Avengers.

La narrativa, enfocada en la vida de Arthur Fleck, nos adentra en el drama, el dilema humano y la justificada deshumanización de las víctimas de la megalópolis: el payaso, el hombre de la máscara, representante de un puñado de seres diversos y emocionalmente rebasados, que viven bajo los efectos de de la indiferencia de sus iguales, seres desesperados y maquillados, que intentan habitar, manifestarse y coexistir en un entorno cautivo y sombrío, incapaz de cubrir sus necesidades básicas ni su integridad de cara a una total ausencia de Estado de derecho.

Resuelta en la gama de los grises que adquieren reflejos fluorescentes, ocres estridentes, algunos rosas, naranjas y rojos que parecen irreales, la historia y la figura de Fleck no nos sorprenden, las entendemos, quizá demasiado.

La gestación y el nacimiento del criminal que todos reconocemos, involucra muchos de los elementos que configuran al Guasón: una infancia erosionada por el abuso de los padres, el intento vano de la regularización, la crisis contenida y desatendida, que da lugar a la lógica y violentísima explosión que, potenciada por el abuso de los medicamentos, el alcohol, la furia y las drogas, alcanza el arma de fuego y, con un mínimo aliciente, se convierte en crueldad pura, desatada y masiva.

Los que vivimos en una gran ciudad sabemos muy bien que esta puesta al límite de las emociones se maximiza gracias al telón de fondo de la urbe universal, diluida entre la neblina de las alcantarillas y los momentos más grises del día, la constante del Metro, ráfaga conectora de barrios y artífice de la lejanía moral de sus usuarios, la latente amenaza de las fluctuaciones anímicas de una multitud sin rostro, que se cobija cada vez más en una máscara distinta, en un motivo real, una lucha sofocada, de nuevo la máscara, la anarquía, el coraje en su más pura expresión.

El cine vaticina: las marchas que han definido nuestro acontecer hablan de lo que tan bien describe el filme. Desafortunadamente esto no es ficción, es las más pura y tremenda realidad.

Director: Todd Phillips
Reparto: Joaquin Phoenix, Robert de Niro, Zazie Beetz, Frances Conroy
Género: Drama
País: Estados Unidos
Año: 2019