“Si me extraditan a México, hablaré fuerte y claro”

“Si me extraditan a México, hablaré fuerte y claro, lo único que pediré es que excluyan de mi caso a mi esposa (Bertha Gómez y mis hijos”) dijó el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, a uno de los abogados que llevan su caso ante la Corte de Florida, ante la inminente posibilidad de que sea extraditado en los próximos días a su país.


Duarte está dispuesto a negociar, luego de permanecer en calidad de prófugo de la justicia mexicana por más de 4 años, quien ya cumplió más de 9 meses en calidad de detenido y sujeto a un proceso de extradición, acusado por los delitos de peculado y cohecho cometidos en durante su administración al frente del gobierno de Chihuahua, en el pasado sexenio.



De acuerdo a la fuente que se ubica entre el grupo de abogados que llevan el proceso judicial que enfrenta en los Estados Unidos, el ex mandatario de Chihuahua, autorizó a sus abogados defensores,

1.- Que ante su inminente repatriación esta se dé a un centro de reclusión en México, nunca en Chihuahua.

2.- Que se excluyan del caso tanto a su esposa como a sus hijos.

.. “si es extraditado a México, va hablar y muy fuerte en contra de la candidata del PAN, a la gubernatura de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, quien ha negado por todos los medios que recibiera sobornos por más de 9 millones de pesos, cuando ella fungía como diputada local del blanquiazul, y era presidenta de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado de Chihuahua entre el 2014 y 2015.



Según lo que me reveló una persona cercana al grupo de abogados, el ex mandatario, lo único que se está negociando al más alto nivel con autoridades del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es que saquen de su caso, a su esposa, Bertha Olga Gómez Fong, y sus tres hijos, y que se proceda de acuerdo a la ley, contra él, nada más.



“A mí que me castiguen con todo el rigor de la ley, por los delitos que haya cometido, pero que saquen del proceso a mi esposa y mis hijos”, les habría dicho el ex gobernador el ex gobernador al grupo de abogados que buscan por todos los medios evitar su inminente extradición, que podría darse antes que se lleven a efecto las elecciones para gobernador, alcaldes, diputados federales y diputados locales.



Lo anterior tiene una especial relevancia, pues esto que nos fue revelado, no es más que consecuencia, de un acuerdo sub mecatum que se habría amarrado entre AMLO- y el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, durante la última gira que realizó el tabasqueño en días pasados en Ciudad Juárez, que se manejó de forma por demás hermética, ante la cercanía de los comicios el próximo 6 de junio.



Para nadie es un secreto, que el gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, ha tratado por todos los medios jurídicos inhabilitar a la ahora enemiga, la ex alcaldesa de Chihuahua, y actual candidata del PAN al gobierno de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, la cual ha sido exhibida por sus turbios nexos, en la “nómina confidencial” que reveló recientemente Javier Corral en medios de difusión nacional, y quedara al descubierto como se involucraron destacadas, figuras políticas, ex funcionarios, empresarios, periodistas, que fueron sobornados por el ex gobernador de la vasta entidad, en un afán de Cesar Duarte de maniatarlos, al final de su mandato constitucional y cubrirse las espaldas.



Así pues, a 54 días de los comicios constitucionales, cobra una dimensión especial, la extradición a México, de Duarte Jáques, por los efectos que ocasionaría en los bunkers de los diferentes partidos políticos, que buscan treparse a la gubernatura de Chihuahua, pero más allá de los institutos políticos, lo que repercutiría en los diferentes candidatos a gobernador que buscan relevar a Corral Jurado, a partir del 3 de septiembre.



No hay la menor duda, que los candidatos que obtendrían un alto beneficio de la llegada de César Duarte a México, serían en un primer término, el abanderado de Morena, Juan Carlos Loera de la Rosa, quien podría presumir a lo largo y ancho del territorio chihuahuense, que el gobierno de la 4T, fue quien logró su captura, tras la entrevista que sostuvieron el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, el pasado 8 de julio, en Miami, Florida, en la única gira que ha sostenido el mandatario mexicano fuera de su país.



Es un hecho que la intensión de los morenístas, será presumir como un trofeo de guerra, la cabeza de Duarte Jáques, que según la fuente que nos alertó sobre la inesperada llegada del ex mandatario a México, exigió, como parte de su negociación, por el temor de un atentado criminal contra su vida, nunca regresar en calidad de reo, a ningún penal de Chihuahua, ya sea en la capital del estado o en Ciudad Juárez. Al menos, hasta que haya concluido el actual régimen de Corral Jurado.





“Si es llevado antes de las elecciones el exgobernador, es un hecho que gravitaría fuertemente en la imagen de la candidata panista, María Eugenia Campos Galván, por los vínculos que ambos tejieron, en la segunda mitad del pasado sexenio, para catapultar a la entonces diputada local del PAN, como la virtual aspirante a la alcaldía de Chihuahua.



Paradójicamente, la extradición del ex gobernador priista, César Duarte, ya no le pegaría en su zona de flotación, a la candidata tricolor, Graciela Ortiz González, quien fue Secretaria General de Gobierno en la primera mitad del gobierno de Duarte. Hasta ahora no ha habido señalamientos que se hayan ventilado en su contra en la mencionada, nómina confidencial, que ha salpicado a medio mundo, desde luego a muchos duartístas; hoy, algunos en la cárcel, otros con los pies en polvorosa en la Unión Americana y los pocos en su calidad de testigos protegidos.



La extradición de Cesar Duarte en la casa de campaña de Campos Galván, no caerá como un balde de agua fría, sino como una camisa de fuerza, en contra directamente de la candidata, María Eugenia Campos Galván, la cual ha negado por todos los medios su evidente vinculación, con el ex gobernador, a tal grado que tuvo que promover 8 amparos para evitar su vinculación a proceso, por el delito de cohecho, que no le impidió seguir haciendo su proselitismo partidista, desde el pasado 4 de abril cuando se arrancaron las campañas políticas.



Hay que remarcarlo, muchos son los que dudan, de la extradición, de César Duarte, como también se dudaba de su aprehensión meses atrás y ya está bajo arresto.



Obvio, que la llegada de Duarte a México, significará un triunfo más para, Javier Corral Jurado, antes de entregar la estafeta a quien lo sustituya una vez que se conozca el resultado de los comicios del 6 de junio.



Traer de regreso, al ex mandatario priista, en tiempos electorales, representa una victoria no solo política para Corral, más allá de lo mediático, porqué sería una carambola de varias bandas:



El apellido de Duarte y la formación de su enorme fortuna y los sobornos, persigue como una sombra ya no a los priistas, sino a Maru Campos, y sus correligionarios, que ruegan que no regrese él exgobernador, al menos hasta que hayan pasado los comicios, so pena, que en su caída al precipicio, se lleve entre las patas, a la ex alcaldesa, quien nunca midió las consecuencias de haberse convertido en su aliada, en sus tiempos de legisladora, cuando ella, y su entonces colega, hoy su detractor, César Jáuregui Moreno, creyeron que la relación con César Duarte, los llevaría a alturas insospechadas, que hoy amenazan con llevar a la cuestionada ex alcaldesa, a la cárcel.

Este viernes, 16 de abril del 2021, cuando María Eugenia Campos Galván, tenga una nueva audiencia de imputación, ante la Fiscalía anticorrupción, que le podría fincar nuevos cargos en su contra ya como alcaldesa de Chihuahua ahora por su propia nomina secreta, que serán dados ventilados en el juzgado.