Los 30 países de la OTAN firman la adhesión de Suecia y Finlandia

El proceso ahora requiere de la ratificación por parte de los Estados miembros, un paso que podría llevar “meses”, según Stoltenberg, secretario general de la Alianza
De izquierda a derecha, el ministro de Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y la ministra de Exteriores de Suecia, Ann Linde, este martes en la sede de la Alianza en Bruselas.

Finlandia y Suecia se encuentran ya oficialmente a un solo paso de entrar en la OTAN, después de que los embajadores de los 30 países de la Alianza Atlántica hayan firmado este martes los protocolos de adhesión de ambos Estados. El acto ha sido formalizado en la sede de este organismo en Bruselas, justo a la semana de que Turquía levantara su veto al acceso de ambos países durante la reciente cumbre en Madrid. Llegados a este punto, ya solo queda un último eslabón para que concluya la novena ampliación de la OTAN, que ha transitado por el carril ultrarrápido, alentada por la invasión rusa de Ucrania. El último hito requiere de la ratificación de los protocolos en cada uno de los 30 países aliados, algo que podría aún llevar meses, pero que no debería suponer, en principio, ningún problema.

“Es un día histórico para Finlandia, para Suecia, para la OTAN y para la seguridad euroatlántica”, ha señalado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una comparecencia tras la rúbrica, en la que ha recordado que las fuerzas armadas de ambos países y de la Alianza son interoperativas, y que llevan años entrenando y sirviendo juntas. “Compartimos los mismos valores y nos enfrentamos a los mismos retos en el mar Báltico y más allá”, ha proseguido Stoltenberg. “La brutal invasión de Ucrania por parte de Rusia ha roto la paz en Europa. Por eso es importante que todos nos mantengamos unidos en este peligroso momento de nuestra historia”.

Helsinki y Estocolmo, que ahora gozan oficialmente del estatus de candidatos, entregaron su solicitud para entrar en la OTAN hace casi siete semanas, el 18 de mayo. La firma del protocolo este martes da acceso a los países nórdicos a las reuniones de la Alianza y a información de inteligencia. Hasta la ratificación no podrán ser beneficiarios de la protección especial que confiere el artículo 5 del Tratado de Washington, la cláusula de defensa mutua, por la que un ataque contra un miembro se considera un ataque contra todos.

Hasta ahora, ambos han transitado el camino hacia la adhesión más acelerado en la historia de esta organización, según ha subrayado su secretario general. Pero la ratificación en los parlamentos nacionales de cada uno de los 30 países aliados aún podría llevar “meses”, ha dicho. “Los distintos países tienen procedimientos diferentes”, ha indicado Stoltenberg, que ha querido mostrarse “prudente” a la hora de predecir con exactitud la velocidad de la adhesión. “Pero lo que hemos visto es que muchos aliados se han preparado”, ha añadido. “Muchos parlamentos han asegurado que están listos para hacer esto muy rápidamente”. La última adhesión (la de Macedonia del Norte, en 2020) llevó alrededor de 12 meses, ha zanjado el secretario general de la Alianza. Pero eso era en tiempos de paz.

En esta ocasión, solo Turquía parece capaz de hacer saltar por los aires el proceso, si en algún momento intuye que Suecia y Finlandia no cumplen los términos del acuerdo sellado entre los tres en Madrid. El levantamiento del veto por parte de Ankara se fraguó en las horas previas a la cumbre en la capital española, con la firma de un memorándum de entendimiento trilateral en el que se abordan las principales preocupaciones del país euroasiático en materia de lucha contra el terrorismo (como el reconocimiento del PKK kurdo como organización terrorista o la disposición de Helsinki y Estocolmo de trabajar en extradiciones de terroristas) y también en materia de exportación de armas (poniendo fin al embargo a Turquía).

“Espero que los tres países, Suecia, Finlandia y Turquía, puedan ver que este es un buen memorándum que lleva a que el Parlamento turco también sienta que puede ratificar nuestro acuerdo”, ha señalado Ann Linde, ministra de Exteriores de Suecia, que ha comparecido junto a Pekka Haavisto, su homólogo finlandés, y Stoltenberg.

“En este documento”, ha continuado Haavisto, “hemos abordado realmente todas las preocupaciones que Turquía había planteado, incluyendo el terrorismo, la cuestión del PKK y demás [...] Así que estoy convencido de que, sobre la base de la cooperación que hemos acordado, podemos avanzar y, con suerte, satisfacer las preocupaciones de Turquía en este momento”. El finlandés, en un guiño a Ankara, también ha querido recordar que su país apoyó la candidatura de Turquía a la Unión Europea.

Haavisto ha agradecido a los aliados el apoyo prestado y ha señalado su disposición a comenzar a trabajar este mismo martes como país candidato. “Estamos dispuestos a salvaguardar nuestra región euroatlántica segura y próspera junto con nuestros aliados de la OTAN”, ha proclamado el finlandés. “Juntos, somos más fuertes en la defensa del orden internacional basado en normas y de los principios de democracia, libertad y Estado de derecho”. La ministra sueca ha enfatizado el “abrumador apoyo popular y político” de la decisión de entrar en la alianza y ha mostrado la disposición de su país a luchar “hombro con hombro” en la defensa atlántica. “Creemos que el ingreso en la OTAN es la mejor manera de que Suecia garantice nuestra seguridad nacional y de mantener protegidos a los suecos”.

El acto de este martes supone un paso más hacia la ampliación después de la declaración de la cumbre de Madrid. Este documento saluda la política de “puertas abiertas” de la OTAN y expresa la “importancia que se aborden adecuadamente las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los Aliados”, en referencia a Turquía. “Acogemos con satisfacción la conclusión del memorando trilateral entre Turquía, Finlandia y Suecia a tal efecto”, añade el texto, que subraya cómo la adhesión estos dos países hará que “estén más seguros, que la OTAN sea más fuerte y que la zona euroatlántica sea más segura”. Esta seguridad, añade, es clave “incluso durante el proceso de adhesión”.