“No puedo esperar un juicio justo, la Sedena tiene a todos los jueces militares alineados”

Corrían las 9:45 de la mañana del 27 de abril de 2016, cuando el General Brigadier Ricardo Martínez Perea ingresa a la sala donde en cuestión de minutos comenzará la audiencia para aceptar o rechazar las pruebas ofrecidas en el Reconocimiento de Inocencia presidida por una Juez Militar de Ejecución de Sentencias.

A las 10:10 inicia formalmente la querella y de nueva cuenta las intimidaciones e irregularidades se hacen presenten mediante las simulaciones, la no aceptación de pruebas y un receso de dos horas llamado a las 13:00 horas, extendido de forma extraña hasta las 20:25, lo cual ocasionó el término abrupto de la audiencia.

Visiblemente cansado, el otrora integrante del 21º Regimiento de Caballería Motorizada aun tiene el temple de contestar algunas preguntas a Estado Mayor MX.

¿Cómo fue este primer día de audiencia?

Incierto, los testimoniales que pedimos sean desahogados en este proceso son las declaraciones del entonces Presidente Vicente Fox, de los Secretarios de Defensa Enrique Cervantes Aguirre y Gerardo Clemente Vega García y del Oficial Mayor Heriberto Salinas, y que son vitales para el esclarecimiento de los hechos por los cuales fui sentenciado, fueron desestimados por la Juez al no considerarlos pruebas idóneas, bajo el argumento de que debieron desahogarse en su momento procesal oportuno y que no tuvieron injerencia en el resultado del caso llevado en mi contra.

Lo anterior me deja en el mismo estado de indefensión de hace 15 años. Me limita en la posibilidad de llamarlos a juicio. Si bien entiendo que por sus cargos no iban a meterse directamente en el proceso legal, también es cierto que Justicia Militar iba a hacer muy poco o nada por desmentir los desatinados comentarios de sus superiores.

Por otro lado, durante la primera investigación en mi contra se dijo que los aseguramientos hechos por el 21º Regimiento de Caballería Motorizada habían sido escasos, de poco valor y que favorecían a cierto grupo delictivo, por lo que solicitamos una inspección ocular a los ranchos y casas aseguradas por el suscrito con el fin de demostrar que dichos aseguramientos eran en grandes cantidades y contra todo tipo de organizaciones criminales. Estos testimoniales volvieron a ser negadas por la Juez.

Por último, debo destacar que durante la sesión hubo un receso muy prolongado y hasta extraño. A las 13:00 horas la Juez detuvo la querella por dos horas. Sin embargo, la reunión no comenzó sino hasta las 20:25 horas, a pesar de que todos los involucrados nos encontrábamos presentes en tiempo y forma . Nunca se nos dio explicación alguna para tal retraso y entre los militares ahí presentes se rumoraba que la Juez había sido llamada por la Comandancia de la Quinta Región Militar, suponemos que para recibir instrucciones.

Cuando por fin se reanudó la sesión, la Juez se limitó a leer de forma muy rápida, debido a la hora, a leer los resolutivos de la sesión y dar por terminada la audiencia mediante tres mazazos.

¿Notó irregularidades a lo largo de la audiencia?

Sí, las siguientes:

Una persona perteneciente a las Fuerzas Armadas, de la cual me reservo el derecho a decir su nombre, me indicó que la Juez Militar de Ejecución de Sentencia tenía línea para afectarnos.
La Juez Militar de Ejecución de Sentencias no actuó de manera imparcial.
La Juez Militar no hizo una audiencia continua, dejándonos más de cinco horas esperándola, lo que da mucho que pensar.
A pesar de que las audiencias son públicas, varias personas se comunicaron vía telefónica conmigo para decirme que no les habían permitido la entrada.
El Ministerio Público militar desestimó las pruebas bajo el argumento de que no eran idóneas ya que no fueron usadas en el momento procesal oportuno, mismo argumento de la Juez Militar.

¿Cuál es su sentir sobre lo que va a suceder?

En mi concepto particular, la Juez Militar de Ejecución de Sentencias está alineada a la Secretaría de la Defensa Nacional. Mi esperanza es que la Juez Octava del Distrito del Centro Auxiliar de la Quinta Región con sede en Mazatlán, Sinaloa, declare que hay una inejecución de la ejecutoria de amparo y decida turnar mi caso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que sea ésta quien resuelva y debido a la relevancia del caso sea aceptado para que de esa manera, la investigación no pueda ser manipulada en favor de ellos (la Sedena).

Por último, me queda recurrir a las Cortes Internacionales para que dicten una recomendación al Estado mexicano que me sea favorable, así como para muchos otros que han sido objeto de causas armadas, condenados por anónimos y por Jueces Militares alineados por el Secretario de la Defensa Nacional, para que pongan en evidencia a nuestro país que sigue sin justicia, sin leyes, sin escrúpulos y dejar en claro que de nada servirá el nuevo sistema de justicia penal si las mismas personas que solo viven con las ansias de poder son las encargadas de impartir justicia.

Antes de retirarse a descansar después de un día largo y pesado, el General Brigadier Ricardo Martínez Perea hace una sentencia que debe alzar más de una ceja al interior Sistema de Impartición de Justicia Militar:

“No puedo esperar un juicio justo, ni apegado a la verdad. Veo imposible que la Secretaría de la Defensa Nacional acepte su error al sentenciarme por un anónimo”.


http://www.estadomayor.mx/63316
vict