¿Pueden los disturbios en EU amenazar la ventaja de Biden en las encuestas?
La división política en Estados Unidos está desatada bajo el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, tanto demócratas como republicanos coincidieron en sus convenciones nacionales en que estas son las elecciones “más importantes de la historia” de EU. Hasta ahora, las encuestas han otorgado una sólida ventaja al candidato demócrata, Joe Biden, quien lleva dos meses y medio bordeando los dos dígitos de ventaja en la media de encuestas a nivel nacional que elaboran portales como FiveThirtyEight y RealClearPolitics.
La ventaja del demócrata aumentó tras el salvaje asesinato de George Floyd a manos de un policía blanco, en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo y propagaron manifestaciones antirracistas en varios continentes. Y hasta ahora, se ha mantenido estable.
Sin embargo, si bien las protestas antirracistas hicieron aumentar la popularidad del movimiento Black Lives Matter (BLM), la violencia prolongada en ciudades como Minneapolis y Chicago, y la aparición de campañas como el “Defund the pólice” (retiren los fondos a la policía), hicieron que el BLM perdiera de nuevo popularidad entre los blancos conservadores y los considerados independientes. Las protestas que se suceden ahora en Kenosha, Wisconsin, tras los siete disparos que otro policía blanco propinó por la espalda a Jacob Blake, otro joven afroamericano, que ha quedado parcialmente paralítico, no han sido pacíficas, y desde el primer día, se han caracterizado por los disturbios.
Si bien Biden no está vinculado de manera directa alguna al movimiento BLM, es innegable el ex vicepresidente ha hecho bandera del respaldo que su cargo en el gobierno de Barack Obama le granjea entre la comunidad afroamericana. Esto, sumado al ascenso de la popularidad de los sectores más izquierdistas del Partido Demócrata, que a menudo han simpatizado con las demandas del BLM, incluido el impopular “Defund the pólice”, y a las críticas de la familia de Blake a la violencia, empujaron a Biden a emitir el miércoles un video en sus redes sociales para desvincularse y denunciar la violencia. “Protestar contra la brutalidad (policial) es absolutamente necesario, pero quemar barrios no es protestar, es violencia innecesaria”, aseguró.
SUPOSICIONES SIN EVIDENCIA
La comparecencia de Biden parecía atender también la reclamación que hizo el periodista de la CNN Don Lemon el día anterior. Lemon consideró que las protestas violentas en Kenosha son un “punto ciego” en la campaña demócrata, que, agregó, “están cerrando los ojos y esperando que este problema desaparezca”. “El problema no va a desaparecer, pero lo que pueden hacer, y quizás Joe Biden no lo hará, quizás sí, es hablar de ello”. Y el demócrata lo hizo.
Lemon, que es afroamericano, agregó que “los disturbios deben parar” porque, dijo, el impacto de estos “está apareciendo en las encuestas. Es lo único que ahora mismo que se está clavando” en la campaña demócrata. Lemon no especificó a qué encuestas se refería, y la realidad es que todavía no hay ninguna encuesta publicada que se haya realizado completamente en un período que comprenda ya estos días de protestas en Kenosha. La única que se terminó tras el inicio de los disturbios es la que USC Dornsife publicó el jueves, y da a Biden 14 puntos de ventaja sobre Trump.
LA HISTORIA FAVORECE A BIDEN
La maniobra de Trump es comprensible desde el punto de vista partidista, no solo porque las encuestas no le favorecen, sino porque la historia tampoco lo hace. En cinco momentos en que las elecciones en EU han coincidido con grandes épocas de conflicto social, el partido en el poder ha perdido las elecciones. Demócratas, como es el caso de Lyndon B. Johnson en la elección de 1968, la más icónica de estas cinco, tras las revueltas que siguieron al asesinato de Martin Luther King, y republicanos, como le ocurrió a George H. Bush en 1992 tras las protestas por el asesinato de Rodney King.
MANIOBRA DESESPERADA
Esto, sumado al impacto económico que la pandemia ha tenido sobre EU, y a la negligente gestión del republicano de la misma, haría pensar que sus opciones de reelegirse son casi nulas. De cambiar esta dinámica, y de romper el patrón de cambios de signo político cuando coinciden elecciones con protestas –pues la ciudadanía suele culpar al gobierno por el caos—, obliga a los republicanos a pisar el acelerador para convencer a los indecisos de que, si ahora la situación es mala bajo el gobierno de Trump, peor será con Biden en la Casa Blanca.
Este mismo jueves, en su discurso ante la convención republicana, Trump insistió en que las protestas violentas han ocurrido “todas en ciudades demócratas” e insistió una y otra vez que “nadie estará seguro” con Biden al mando. El republicano defiende que lo que él llama “izquierda radical” ha tomado el partido –pese a que Biden es un estandarte del sector moderado centrista— y ésta simpatiza con los violentos. Por supuesto, el mandatario ovlidó mencionar el motivo detrás de las protestas: Que su racismo exacerba el racismo sistémico en el país y en los cuerpos policiales.
Por ahora ninguna encuesta ha demostrado que la violencia que ha mermado la popularidad del BLM esté mermando también los números de Biden, y la tendencia histórica da a pensar que esto, simplemente, no ocurrirá. Pero los próximos días serán clave para ver si las primeras encuestas post-Kenosha confirman la hipótesis o dan opciones a Trump de salir de la tumba política que él mismo ha cavado para su futuro político.
La ventaja del demócrata aumentó tras el salvaje asesinato de George Floyd a manos de un policía blanco, en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo y propagaron manifestaciones antirracistas en varios continentes. Y hasta ahora, se ha mantenido estable.
Sin embargo, si bien las protestas antirracistas hicieron aumentar la popularidad del movimiento Black Lives Matter (BLM), la violencia prolongada en ciudades como Minneapolis y Chicago, y la aparición de campañas como el “Defund the pólice” (retiren los fondos a la policía), hicieron que el BLM perdiera de nuevo popularidad entre los blancos conservadores y los considerados independientes. Las protestas que se suceden ahora en Kenosha, Wisconsin, tras los siete disparos que otro policía blanco propinó por la espalda a Jacob Blake, otro joven afroamericano, que ha quedado parcialmente paralítico, no han sido pacíficas, y desde el primer día, se han caracterizado por los disturbios.
Si bien Biden no está vinculado de manera directa alguna al movimiento BLM, es innegable el ex vicepresidente ha hecho bandera del respaldo que su cargo en el gobierno de Barack Obama le granjea entre la comunidad afroamericana. Esto, sumado al ascenso de la popularidad de los sectores más izquierdistas del Partido Demócrata, que a menudo han simpatizado con las demandas del BLM, incluido el impopular “Defund the pólice”, y a las críticas de la familia de Blake a la violencia, empujaron a Biden a emitir el miércoles un video en sus redes sociales para desvincularse y denunciar la violencia. “Protestar contra la brutalidad (policial) es absolutamente necesario, pero quemar barrios no es protestar, es violencia innecesaria”, aseguró.
SUPOSICIONES SIN EVIDENCIA
La comparecencia de Biden parecía atender también la reclamación que hizo el periodista de la CNN Don Lemon el día anterior. Lemon consideró que las protestas violentas en Kenosha son un “punto ciego” en la campaña demócrata, que, agregó, “están cerrando los ojos y esperando que este problema desaparezca”. “El problema no va a desaparecer, pero lo que pueden hacer, y quizás Joe Biden no lo hará, quizás sí, es hablar de ello”. Y el demócrata lo hizo.
Lemon, que es afroamericano, agregó que “los disturbios deben parar” porque, dijo, el impacto de estos “está apareciendo en las encuestas. Es lo único que ahora mismo que se está clavando” en la campaña demócrata. Lemon no especificó a qué encuestas se refería, y la realidad es que todavía no hay ninguna encuesta publicada que se haya realizado completamente en un período que comprenda ya estos días de protestas en Kenosha. La única que se terminó tras el inicio de los disturbios es la que USC Dornsife publicó el jueves, y da a Biden 14 puntos de ventaja sobre Trump.
LA HISTORIA FAVORECE A BIDEN
La maniobra de Trump es comprensible desde el punto de vista partidista, no solo porque las encuestas no le favorecen, sino porque la historia tampoco lo hace. En cinco momentos en que las elecciones en EU han coincidido con grandes épocas de conflicto social, el partido en el poder ha perdido las elecciones. Demócratas, como es el caso de Lyndon B. Johnson en la elección de 1968, la más icónica de estas cinco, tras las revueltas que siguieron al asesinato de Martin Luther King, y republicanos, como le ocurrió a George H. Bush en 1992 tras las protestas por el asesinato de Rodney King.
MANIOBRA DESESPERADA
Esto, sumado al impacto económico que la pandemia ha tenido sobre EU, y a la negligente gestión del republicano de la misma, haría pensar que sus opciones de reelegirse son casi nulas. De cambiar esta dinámica, y de romper el patrón de cambios de signo político cuando coinciden elecciones con protestas –pues la ciudadanía suele culpar al gobierno por el caos—, obliga a los republicanos a pisar el acelerador para convencer a los indecisos de que, si ahora la situación es mala bajo el gobierno de Trump, peor será con Biden en la Casa Blanca.
Este mismo jueves, en su discurso ante la convención republicana, Trump insistió en que las protestas violentas han ocurrido “todas en ciudades demócratas” e insistió una y otra vez que “nadie estará seguro” con Biden al mando. El republicano defiende que lo que él llama “izquierda radical” ha tomado el partido –pese a que Biden es un estandarte del sector moderado centrista— y ésta simpatiza con los violentos. Por supuesto, el mandatario ovlidó mencionar el motivo detrás de las protestas: Que su racismo exacerba el racismo sistémico en el país y en los cuerpos policiales.
Por ahora ninguna encuesta ha demostrado que la violencia que ha mermado la popularidad del BLM esté mermando también los números de Biden, y la tendencia histórica da a pensar que esto, simplemente, no ocurrirá. Pero los próximos días serán clave para ver si las primeras encuestas post-Kenosha confirman la hipótesis o dan opciones a Trump de salir de la tumba política que él mismo ha cavado para su futuro político.
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