¡Celebremos el Día Internacional de los pueblos Indígenas!
Por Juan Carlos Loera-A pesar de la postración que han vivido y del olvido que sufrieron durante tantos años los pueblos originarios, quienes habitamos en Chihuahua nos identificamos con la cultura, las costumbres y el destino de nuestros pueblos indígenas.
Este próximo 9 de agosto celebraremos el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, instaurado mediante una resolución de la ONU en diciembre de 1994.
Todos sabemos de la trascendencia que este evento tiene para todas y todos las chihuahuenses. Nuestra entidad se distingue y se identifica, por la relevancia que en nuestra tierra tienen los pueblos originarios, los cuales fundaron nuestras comunidades hace ya cientos de años.
Nuestra historia, presente y futuro están ligados al sello que a nuestra sociedad han impreso los Rarámuri, Pima, Tepehuanos del Norte y Guarijós.
Sin embargo, también conocemos de sus penurias, de la explotación sin cuenta que han sufrido, del abandono y el olvido que han hecho imposible su desarrollo.
De las falsas promesas que muchos gobiernos les hicieron, que sólo representaron guiños para aplacar las demandas de justicia, originadas en nuestras propias leyes y reglamentos vigentes.
Integrará AMLO mesas de trabajo para atender conflictos de la Sierra Tarahumara | Aristegui NoticiasPero muy poco se contribuyó a mejorar sus condiciones de vida, al punto de que, hace pocos años, éramos el único estado donde la mayoría de quienes sufrían la pobreza extrema pertenecían a alguna de nuestras etnias.
Esta era una situación insostenible, por el grado de discriminación que esto representaba, por el dolor y sufrimiento que estos niveles de pobreza causaban.
Por la manera en que se segaban las oportunidades a las nuevas generaciones de estas comunidades; pero sobre todo porque desde fines de la Segunda Guerra y, en particular, con la llegada de este milenio, el Estado Mexicano actualizó su legislación para proteger y garantizar sus derechos, y había signado la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; pero ninguna acción gubernamental había mejorado sustancialmente sus condiciones de vida y trabajo.
AMLO le cumple a los Tarahumaras; reciben más de 1000 mdp en apoyos federalesDesde hace casi cuatro años un nuevo Gobierno, con la misión de reducir la desigualdad y todas las formas de pobreza extrema, ha implantado programas inspirados en una nueva visión humanitaria, que encarna los mejores propósitos de un gobierno, empeñado en que nadie debe quedar fuera y nadie debe quedar atrás.
Pero la verdadera relevancia de lo que el nueve de agosto celebramos proviene del significado que a esta celebración otorga la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada por la ONU en septiembre de 2007.
En la que se plasma la obligación de todos los estados signatarios de establecer medidas para garantizar la protección y ejercicio pleno, sin discriminación alguna, de los derechos de las personas que pertenecen a nuestras poblaciones originarias.
¡Celebremos el Día Internacional de los pueblos Indígenas! En este documento el Estado Mexicano se comprometió a establecer políticas públicas que garantizaran ambientes de bienestar a las familias indígenas, equiparables, en todos los aspectos, a los que el Estado debe asegurar a todos los mexicanos.
Es un documento esencial y fundamental porque prescribe el cumplimiento de los derechos básicos, asociados al desarrollo humano integral de las personas; así como el ejercicio de todos los derechos y prerrogativas necesarios para que los pueblos indígenas tengan espacios de autonomía que les permitan rescatar, conservar y enriquecer sus instituciones tradicionales, en todos los ámbitos de su vida material y social.
De acuerdo con estas orientaciones de carácter internacional y el ideario de la Cuarta Transformación, el Gobierno Federal ha diseñado, un nuevo modelo de programas de bienestar, para favorecer a las personas y comunidades más vulnerables.
Gira de Juan Carlos Loera en Balleza
Acaso Chihuahua, a través del gobierno federal sea el mejor ejemplo, de cómo ahora la mayor cantidad de recursos se entrega a las personas que habitan en las localidades donde la mayor parte de la población es miembro de una comunidad indígena.
En este punto podría hacer un relato interminable de la atención cuidadosa y esmerada que hemos dado a los 20 municipios, donde habitan personas integradas a las poblaciones originarias; pero me bastará comentarles que, en estas regiones serranas, en los catorce programas sociales que la federación tiene en marcha, en este año de 2022 se tiene programado invertir 3 mil 152 millones de pesos, para beneficiar a 154 672 personas
Pero, ¿qué representa esta cifra?
Una magnitud de recursos y de apoyos que jamás se habían canalizado para apoyar a estas comunidades; pero sobre todo la evidencia de que la mayor parte se entrega a las familias más pobres de la entidad.
Habitantes de la Sierra de Chihuahua reclaman abandono – N+
Veamos cómo se han distribuido los recursos: para ello me basaré en la inversión realizada a lo largo de todo el 2021.
En ese año, una comunidad de 290 mil personas que habitan en los 20 municipios serranos, y representan el 7.8% de la población de Chihuahua, recibió, en el marco de los catorce programas que ya mencioné, 2 mil 849 millones de pesos, que a su vez equivalen a la cuarta parte (24.7%) de toda la inversión social realizada en el estado, que ascendió a 11 mil 520 millones de pesos.
¿Qué significó esto?
Que, en términos per cápita, los municipios de mayoría indígena recibieron tres veces más apoyos que los que en promedio les correspondían.
Claramente tenemos en ello un reparto a favor de la sociedad chihuahuense más vulnerable que, como lo mencioné en mis palabras iniciales, está integrada mayoritariamente por personas y familias que pertenecen a las poblaciones originarias de nuestro querido Chihuahua.
En verdad las carencias son tan grandes que lo realizado no es suficiente para cumplir con el compromiso, de garantizar un ejercicio pleno de todos los derechos materiales, políticos y sociales, que este gobierno tiene ante las comunidades indígenas.
La deuda sigue siendo enorme, pero estamos viviendo otra época en la que el reparto de los recursos que toca a este gobierno realizar se hará siempre bajo la divisa de que:
¡Primero están los Pobres!
Por ello invitamos a todas las instancias gubernamentales a que se sumen a este gran proyecto, de ser enteramente fieles al espíritu, a las razones y motivos que dan sentido a la celebración de este próximo 9 de agosto, dedicado, en el calendario cívico internacional, a recordar la enorme deuda que todos los ciudadanos del mundo tenemos con nuestras poblaciones indígenas.
Juan Carlos Loera
Este próximo 9 de agosto celebraremos el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, instaurado mediante una resolución de la ONU en diciembre de 1994.
Todos sabemos de la trascendencia que este evento tiene para todas y todos las chihuahuenses. Nuestra entidad se distingue y se identifica, por la relevancia que en nuestra tierra tienen los pueblos originarios, los cuales fundaron nuestras comunidades hace ya cientos de años.
Nuestra historia, presente y futuro están ligados al sello que a nuestra sociedad han impreso los Rarámuri, Pima, Tepehuanos del Norte y Guarijós.
Sin embargo, también conocemos de sus penurias, de la explotación sin cuenta que han sufrido, del abandono y el olvido que han hecho imposible su desarrollo.
De las falsas promesas que muchos gobiernos les hicieron, que sólo representaron guiños para aplacar las demandas de justicia, originadas en nuestras propias leyes y reglamentos vigentes.
Integrará AMLO mesas de trabajo para atender conflictos de la Sierra Tarahumara | Aristegui NoticiasPero muy poco se contribuyó a mejorar sus condiciones de vida, al punto de que, hace pocos años, éramos el único estado donde la mayoría de quienes sufrían la pobreza extrema pertenecían a alguna de nuestras etnias.
Esta era una situación insostenible, por el grado de discriminación que esto representaba, por el dolor y sufrimiento que estos niveles de pobreza causaban.
Por la manera en que se segaban las oportunidades a las nuevas generaciones de estas comunidades; pero sobre todo porque desde fines de la Segunda Guerra y, en particular, con la llegada de este milenio, el Estado Mexicano actualizó su legislación para proteger y garantizar sus derechos, y había signado la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; pero ninguna acción gubernamental había mejorado sustancialmente sus condiciones de vida y trabajo.
AMLO le cumple a los Tarahumaras; reciben más de 1000 mdp en apoyos federalesDesde hace casi cuatro años un nuevo Gobierno, con la misión de reducir la desigualdad y todas las formas de pobreza extrema, ha implantado programas inspirados en una nueva visión humanitaria, que encarna los mejores propósitos de un gobierno, empeñado en que nadie debe quedar fuera y nadie debe quedar atrás.
Pero la verdadera relevancia de lo que el nueve de agosto celebramos proviene del significado que a esta celebración otorga la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada por la ONU en septiembre de 2007.
En la que se plasma la obligación de todos los estados signatarios de establecer medidas para garantizar la protección y ejercicio pleno, sin discriminación alguna, de los derechos de las personas que pertenecen a nuestras poblaciones originarias.
¡Celebremos el Día Internacional de los pueblos Indígenas! En este documento el Estado Mexicano se comprometió a establecer políticas públicas que garantizaran ambientes de bienestar a las familias indígenas, equiparables, en todos los aspectos, a los que el Estado debe asegurar a todos los mexicanos.
Es un documento esencial y fundamental porque prescribe el cumplimiento de los derechos básicos, asociados al desarrollo humano integral de las personas; así como el ejercicio de todos los derechos y prerrogativas necesarios para que los pueblos indígenas tengan espacios de autonomía que les permitan rescatar, conservar y enriquecer sus instituciones tradicionales, en todos los ámbitos de su vida material y social.
De acuerdo con estas orientaciones de carácter internacional y el ideario de la Cuarta Transformación, el Gobierno Federal ha diseñado, un nuevo modelo de programas de bienestar, para favorecer a las personas y comunidades más vulnerables.
Gira de Juan Carlos Loera en Balleza
Acaso Chihuahua, a través del gobierno federal sea el mejor ejemplo, de cómo ahora la mayor cantidad de recursos se entrega a las personas que habitan en las localidades donde la mayor parte de la población es miembro de una comunidad indígena.
En este punto podría hacer un relato interminable de la atención cuidadosa y esmerada que hemos dado a los 20 municipios, donde habitan personas integradas a las poblaciones originarias; pero me bastará comentarles que, en estas regiones serranas, en los catorce programas sociales que la federación tiene en marcha, en este año de 2022 se tiene programado invertir 3 mil 152 millones de pesos, para beneficiar a 154 672 personas
Pero, ¿qué representa esta cifra?
Una magnitud de recursos y de apoyos que jamás se habían canalizado para apoyar a estas comunidades; pero sobre todo la evidencia de que la mayor parte se entrega a las familias más pobres de la entidad.
Habitantes de la Sierra de Chihuahua reclaman abandono – N+
Veamos cómo se han distribuido los recursos: para ello me basaré en la inversión realizada a lo largo de todo el 2021.
En ese año, una comunidad de 290 mil personas que habitan en los 20 municipios serranos, y representan el 7.8% de la población de Chihuahua, recibió, en el marco de los catorce programas que ya mencioné, 2 mil 849 millones de pesos, que a su vez equivalen a la cuarta parte (24.7%) de toda la inversión social realizada en el estado, que ascendió a 11 mil 520 millones de pesos.
¿Qué significó esto?
Que, en términos per cápita, los municipios de mayoría indígena recibieron tres veces más apoyos que los que en promedio les correspondían.
Claramente tenemos en ello un reparto a favor de la sociedad chihuahuense más vulnerable que, como lo mencioné en mis palabras iniciales, está integrada mayoritariamente por personas y familias que pertenecen a las poblaciones originarias de nuestro querido Chihuahua.
En verdad las carencias son tan grandes que lo realizado no es suficiente para cumplir con el compromiso, de garantizar un ejercicio pleno de todos los derechos materiales, políticos y sociales, que este gobierno tiene ante las comunidades indígenas.
La deuda sigue siendo enorme, pero estamos viviendo otra época en la que el reparto de los recursos que toca a este gobierno realizar se hará siempre bajo la divisa de que:
¡Primero están los Pobres!
Por ello invitamos a todas las instancias gubernamentales a que se sumen a este gran proyecto, de ser enteramente fieles al espíritu, a las razones y motivos que dan sentido a la celebración de este próximo 9 de agosto, dedicado, en el calendario cívico internacional, a recordar la enorme deuda que todos los ciudadanos del mundo tenemos con nuestras poblaciones indígenas.
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